que
todo esto empezó
con
un niño que soñó
con
algo indestructible
y
con su amigo Zenón.
Viajando
y viajando
un
castillo encontró
y
una amiga se echó.
“¿Cómo
te llamas?”,
él
le preguntó,
y
ella contestó:
“Rosana,
mucho gusto,
¿y
tú, señor?”.
“El
gusto es mío
y
Santiago me llamo”.
Pasaron
los días
y
Rosana no volvía.
Santiago
ir a buscarla decidió,
y
así él se enteró
de
que ella enfermó.
Santiago
le entregó
el
libro que ella le dejó
y
con eso Rosana se curó.
Marcos
a su abuela le preguntó:
“¿esto
ya se ha acabado?”
Y
ella contestó:
“No,
esto por siempre vivirá
en
tu imaginación”.
[Poema realizado por Sonia García Pastor, alumna de 1º ESO B. Curso 2019-2020]
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